Testimonios

 

ANA

Yo era una de esas personas que se reía de la gente que se pedía la baja laboral por depresión, no podía creérmelo...Hasta que me pasó a mí...Y no con un problema de depresión, sino de ansiedad. El colmo fue cuando me mareé y me caí al suelo, perdí el conocimiento, aquello me hizo reaccionar y rompiendo mis ideas preconcebidas, llamé a un psicólogo de este equipo.

 

Primero me realizaron una entrevista donde me preguntaron por mis acontecimientos más estresantes, mi entorno...En una segunda sesión me pasaron una serie de test y cuestionarios para evaluar mi grado de ansiedad, así como otros problemas asociados.

 

En la tercera entrevista, me dieron los resultados en un informe donde además me señalaron los objetivos propuestos y el tipo de tratamiento que iba a realizar. Me sentí muy bien atendido, muy profesional y en ese momento, ya se ganaron mi confianza. Durante el tratamiento me fui conociendo a mí mismo y comprendí porqué había llegado a esa situación tan extrema. Además realice el curso de relajación con el que aprendí a controlar mejor la ansiedad. Ahora me pregunto por qué no fui antes.

 

 

 

 

 CARMEN

Mi hijo tiene 11 años ..y no podía con él. Me desafiaba en todo, incluso y aunque me dé vergüenza decirlo...me pegaba y rompía cosas, sobre todo cuando no conseguía lo que quería, me daba miedo pensar cómo sería cuando tuviera unos años más. Había acudido a otros especialistas sin éxito. Unos amigos me hablaron de este equipo de profesionales y de las terapias que hacían con padres y con hijos. Evaluaron el caso y nos recomendaron un tratamiento integral en el que asistíamos a consultas programadas tanto los padres como el niño. Simplemente, hemos cambiado, y todos hemos aprendido otras formas de convivirse vive bien así, sin gritos, aunque a veces tenemos problemas, pero los resolvemos de otra forma. Sólo decir...gracias que os encontramos.

 

 

 

ROBERTO

Cuando mi mujer me dijo que quería el divorcio, no me lo podía caer, simplemente, no podía pasar. Ella me dijo que por qué me sorprendí ya que llevaba un año avisándome. Yo cría que lo decía porque estaba enfadada en ese momento.

 

Unos amigos fueron a un psicólogo de ese equipo y me decidí a llamarles y les expliqué mi problema y me indicaron que fuéramos a su consulta los dos juntos.

 

Le expliqué a mi mujer, que necesitábamos orientación profesional porque yo sabía que le quería y ella me dijo que también a mí, pero que así no podía vivir más.

 

Asistimos a terapias individuales durante unas sesiones y después pasamos a terapias conjuntas donde empezamos a entendernos otra vez, con esfuerzo eso sí, pero nos orientaron y prepararon antes por separado para ese momento.

 

Ahora nos preguntamos qué hubiese pasado si no hubiera llamado aquel día.

 

 

 

LUIS

Yo tenía 15 años cuando asistí a la consulta la primera vez. Mi madre fue a una charla sobre Adolescentes y adicción al móvil y allí se dio cuenta de que lo que a mí me pasaba, aunque frecuente, no era normal, casi me obligo a asistir, yo no quería.

 

Mis notas empezaron a bajar, me da cuenta de que no podía dejar el móvil, a pesar de que quería estudiar o salir con amigos. Lo peor es que ya no sabía de qué hablar o cómo hablar. Mi mundo era el móvil, así de triste.

 

Al final fui , aunque no muy convencido. Me entendieron muy bien, la psicóloga que me atendió, sabía conectar con los adolescentes, algo que me sorprendió, es tan difícil que te entiendan. Me orientaron no sólo a saber usar el móvil de forma más controlada, sin que sea el móvil el que me controla a mí, sino también a saber cómo relacionarme, cómo expresar sentimientos, deseos y opiniones, ya que no sabía, aunque cueste decirlo. Ahora mi vida es mejor, más normal y mis padres me riñen menos, además, mis notas han vuelto a subir. ¡Genial!